martes, 17 de agosto de 2010

Padura: Sigo en Cuba por razones personales, literarias y cubanas


Padura: Sigo en Cuba por razones personales, literarias y cubanas

Santander, 17 ago (EFE).- El escritor Leonardo Padura vive en el mismo barrio de La Habana donde nació y donde sigue encontrando historias para sus libros, en los que trata de mostrar la realidad cubana desde la mirada de quien no es ni un miembro del "establishment" ni un disidente, sino "un participante".

"Mi decisión de seguir viviendo en Cuba ha sido absolutamente personal, familiar, literaria y cubana", ha dicho hoy en un encuentro con periodistas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde imparte un curso sobre la novela policiaca, o policial, como dicen en su tierra.

Pero el autor de "El hombre que amaba a los perros" no se ha propuesto que sus alumnos acaben la semana con un gran conocimiento sobre su obra, sino darles "un baño de realidad cubana".

Esa realidad no está en la mirada de unos medios de comunicación con dos "extremos antagónicos": la prensa oficial que responde a los intereses del Estado y ofrece una visión ortodoxa de ella y, al otro lado, la que la "sataniza".

A juicio del creador del detective Mario Conde, la literatura ha venido a llenar un vacío y a cubrir esa necesidad de "una mirada interna" sobre la isla. "Desde la literatura se crea la memoria del presente para el futuro cubano", ha sentenciado.

En la década de los noventa, durante el llamado periodo especial, Cuba vivió unos años duros y difíciles pero también nació un espacio de libertad creativa que aún pervive y que permitió mostrar la realidad cubana desde una perspectiva distinta, ha explicado.

En esa etapa no había papel con el que editar ni película con la que filmar y se produjo una ruptura entre la industria cultural cubana y los autores y un cambio en la forma de ver la realidad, que es "irreversible".

Además, ha apuntado, reapareció la prostitución y surgió la corrupción cotidiana como forma de vida y con esos fenómenos llegaron nuevos personajes, fundamentalmente la prostituta, el corrupto y el balsero, y unas formas de representación artísticas novedosas.

La primera pregunta que le han planteado los periodistas ha sido sobre sus proyectos literarios pero Leonardo Padura ha preferido responder antes, por iniciativa propia, a la que esperaba de un momento a otro: "¿qué va a pasar en Cuba?".

"Es imposible predecirlo. Es como si en un juego de dominó te quitan la mitad de las fichas. Lo único que se puede hacer es especular y se ha demostrado que los resultados de la especulación son poco afortunados", ha opinado.

Después ha adelantado que está preparando el regreso de Mario Conde, protagonista de novelas como "Viento de cuaresma", "Máscaras" y "La neblina del ayer", con una historia que arranca nada menos que el siglo XVII y en Amsterdam, en el estudio de Rembrant.

Por el momento, Padura está en pleno proceso de investigación, una tarea que le gusta tanto como escribir, y tiene claro el concepto del libro, con el que viajará a la Holanda de Rembrant porque allí existió "un espacio de libertad para el individuo, el artista y el creyente".

Aunque la historia comenzará en el estudio del artista, cuando un judío sefardí, que, como tal, tiene prohibido hacer cualquier representación humana, le pide que le enseñe a pintar. Un cuadro perdido hará que la historia avance hasta los treinta y después hasta la Cuba de hoy. Y hasta Mario Conde.

Pero Padura, además de escritor y periodista que sigue ejerciendo su oficio, es guionista y está trabajando en dos de las historias que compondrán la película "Siete días en La Habana", dirigida por otros tantos directores.

Benicio del Toro y Juan Carlos Tabio son los realizadores con los que está colaborando y había un tercero, Laurent Kastend, pero al director francés le ha gustado tanto la historia que va a rodar un largometraje más adelante.

Mientras, espera paciente la adaptación de las novelas de Mario Conde al cine, un proyecto del que lleva hablando doce años. Hay, ha apuntado, un director y productor estadounidense interesado pero no piensa decir su nombre. "Saramago me contó que la adaptación de "Ensayo sobre la que ceguera" tardó doce años. Y es Saramago, así que tendré que esperar 24", ha bromeado. EFE-Cantabria lcj